Título: El silencio de los corderos Título original: The silence of the lambs Fecha de producción: 1991 Nacionalidad: Estados Unidos Duración: 115 min Dirección: Jonathan Demme Música: Howard Shore Fotografía: Tak Fujimoto Guion: Ted Tally.(Novela: Thomas Harris) Montaje: Craig McKay Productora: Orion Pictures Distribuidora: Género: Thriller
Ficha artística Reparto principal:
Actores Jodie Foster Anthony Hopkins Scott Glenn Anthony Heald Adam Levine
Personajes Clarice Starling Hannibal Lecter Jack Crawford Dr. Chilton Jame «Buffalo Bill» Gumb
Encontramos este montaje a partir del minuto 1:05, con un primerísimo primer plano en el que comienza una música extradiegética que enlaza con el siguiente plano (1:07), que es general exterior y tiene función de situación. A continuación, encontramos un tercer plano de detalle (1:11) con las polillas y continúa la música extradiegética. Aquí comienza una sucesión de planos interior de detalle y exterior general (más cortos que el anterior) para que el espectador encuentre un punto en común, reforzado por la continuidad sonora, y comienzan las acciones paralelas.
Cuando vuelve a aparecer el asesino (1:50) encontramos un plano medio-largo en el que la cámara va siguiendo al personaje, que se asoma y ve a la chica en el hoyo mediante un plano en picado subjetivo (1:51), porque se corresponde con la mirada del asesino. Se vuelve entonces a intercalar con planos exteriores. En el minuto 2:56, el agente del FBI toca el timbre y, al instante, se corta el plano y aparece un plano detalle (girado respecto a lo horizontal) del timbre en el sótano del asesino.
En conclusión, en esta escena encontramos un montaje paralelo, ya que muestra acciones paralelas que nunca llegan a confluir: por una parte, Clarice en casa del asesino y, por otra, el FBI en una casa vacía. Hay dos acciones básicas: la que desarrolla el FBI y la que tenía el asesino con la chica secuestrada. Si el agente hubiera abierto la puerta y se hubiera encontrado con el asesino, habría sido un montaje convergente, debido a que las acciones confluyen, pero no es este el caso, sino que se ha tratado de sorprender y engañar al espectador mediante un montaje de acciones paralelas.