«El acorazado Potemkin»

FICHA TÉCNICA

Título: El acorazado Potemkin
Título original
:  Броненосец Потёмкин, o Bronenósets Potiomkin
Fecha de producción
: 1925
Dirección
: Serguéi M. Eisenstein
Dirección de fotografía
: Eduard Tisse, Vladimir Popov
Guión
: Nina Agadzhánova-Shutkó
Montaje
: S. M. Eisenstein
Música
: Edmund Meisel
Productora
: Mosfilm, Goskino
Distribuidora
: Goskino, Netflix
Nacionalidad
: Soviética
Idioma
: Muda, Intertítulos en ruso
Duración
: 77 minutos
Género
: Drama histórico
Aspect ratio
:  30:23 = 1.304347
Calificación
: Apta para todos los públicos

FICHA ARTÍSTICA

Aleksandr Antonov – Grigory Vakulinchuk
Vladimir Barsky – Comandante Golikov
Grigori Aleksandrov – Oficial Giliarovsky
Ivan Bobrov – Marinero joven
Aleksandr Levshin – Oficial
Konstantin Feldman – Estudiante agitador
N. Poltavtseva – Mujer con quevedos
Prokopenko – Madre con hijo herido

Escena que se vio en clase:

La escena de la escalera de Odessa es la más emblemática de esta película, que está basada en la historia real de un motín de la armada naval rusa, que derivó en protesta y masacre policial. En esta escena vemos al pueblo siendo atacado por el impasible ejército en escalinata de Odessa, junto al puerto, con el Palacio de Gobernación al fondo.

Primero nos percatamos de la violencia narrativa: el ejército provoca una estampida humana, en la que el miedo y la desesperación se unen al instinto de supervivencia, los niños acaban en el suelo y todos acaban tropezando entre todos. Después, poco a poco, vamos apreciando la violencia formal. Una serie de planos generales y primeros planos de civiles (que funcionan como símbolos personificados de los distintos integrantes de la sociedad) que se van entrelazando y haciendo más veloces y asfixiantes a medida que la represión y violencia va haciéndose más cruenta.

Encontramos la contraposición en modo de causa-efecto de dos acciones generales: el movimiento rítmico y ordenado de los soldados (personaje colectivo) y la huida caótica de la multitud que escapa de las balas de los cosacos. Dentro del caos de la multitud encontramos planos cortos que nos introducen historias humanas: es un ejemplo de ello el enfásis en la maternidad, madres e hijos muriendo y en situación de desesperación. Estos factores aportan dramatismo y acercan la trama al espectador.

La cámara apenas se mueve de su eje, son casi todo tomas fijas y cortes limpios. La banda sonora acompaña, además, la tensión narrativa. Sus protagonistas, múltiples, casi anónimos y de aspecto muy popular, ayudaban a conferir un aspecto documental, cosa que potenciaba la verosimilitud de lo que se veía. Es un montaje dualista, en el que se pretende contraponer de forma clara a buenos y malos: pueblo y ejército, proletariado y burgesia, colectivo e individualidad.

Para que esto tenga un mayor efecto dramático Einsestein dió pie al uso a la alternación de planos en el montaje, para así dilatar el tiempo de cada escena sin perjuicio del efecto de suspensión de la realidad. 

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